El
turismo rural es una opción que muchos viajeros eligen, y no les faltan motivos: sin duda, es más económica que viajar al extranjero, pero también hogareña y sorprendente, ya que a menudo se descubren pequeñas joyas que en las grandes ciudades quedan eclipsadas. Si a esto le sumamos un poco de
literatura, que tanto nos gusta, el calor de los lugareños y las delicias de la
gastronomía típica tenemos un combinado perfecto para pasar unos cuantos días con todos nuestros sentidos más que satisfechos.
Todo el mundo conoce a Miguel de Cervantes y a su célebre
Don Quijote, que es, sin duda, el castellano-manchego más conocido alrededor del mundo; por ese motivo, la
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha lo utiliza como estandarte para invitarnos a sumergirnos en una vorágine de
gentes, paisajes, arte, fiestas populares, gastronomía y espacios naturales que, seguro, estaremos encantados de repetir en cuanto tengamos la ocasión.
La
Ruta de Don Quijote de Castilla-La Mancha es un puente entre los capítulos más emblemáticos de esta inmortal obra… y los lugares que sirvieron para inspirarla, supone
diez itinerarios por los paisajes más representativos de la literatura española que forman el
corredor ecoturístico más grande de Europa.
El camino comienza en la milenaria
Toledo, capital de Castilla-La Mancha y declarada
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y en su primer trayecto propone un viaje desde las callejuelas del casco viejo de esta pintoresca capital hasta
San Clemente, municipio famoso por su conjunto histórico, parando en el camino a descansar y disfrutar de conocidos pueblos como
Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, la tierra de Dulcinea o
Belmonte. Por supuesto podrás disfrutar de las delicias de la
gastronomía típica manchega, basada fundamentalmente en el
queso, la caza y, por supuesto, los fantásticos
vinos manchegos. Platos como la
perdiz estofada, el
cuchifrito o el
morteruelo no dejarán a nadie indiferente.
Pero esto es solo el principio, el primer trayecto de los
diez itinerarios diferentes que muestran la belleza inspiradora de Toledo, Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Guadalajara: la belleza de
Castilla-La Mancha.